Cada día hay más categorías distintas para clasificar por edad a los empleados. La más conocida es la división en generaciones X, Y, Z.., pero ahora me refiero a las categorías de: jóvenes, adultos y adultos mayores. Lo que no se atreven los articulistas es a señalar la edad que marca la frontera entre estas tres categorías, menudo charco para meterse. En la práctica más que una cantidad de años lo que te caracteriza por edad es la edad media de la plantilla. Si en tu centro de trabajo tienes 40 años y estás rodeado de menores de 30, pues eres demasiado mayor. Al principio eres un adulto, cuando ganan confianza y te pierden el respeto eres un viejo, al final cien gestos y detalles te hacen sentir que eres discordante. Parece que te consienten, parece que no estás alineado con la imagen que la empresa quiere transmitir. Todas las webs publican mensajes de “somos una empresa joven de carácter fresco y actual”, y a ti con tus 40 te quieren echar al valle de los leprosos. Definitivamente hay algo de malo en no ser joven. Pero como casi todas las modas es un timo. Las versiones del sistema operativo del móvil sí que es cierto que la más reciente es la mejor, pero no creo que esta ley aplique a un empleado recién llegado. De hecho las marcas quieren la imagen de los jóvenes, pero no se fían de que tomen las decisiones. Así es el mercado de trabajo y así es el marketing, un 99% de fachada y un 1% de contenido real. Una mierda, todo mentira. No son empresas jóvenes ni dinámicas aunque la mitad de sus empleados aun no se afeiten, pero la publicidad se dirige a los jóvenes y las empresas necesitan hacerles creer que son como ellos, jóvenes y desenfadados. Los cojones. En muchos aspectos las empresas aun están ancladas en el antiguo régimen, con procedimientos de trabajo primitivos y escleróticos, relaciones personales verticales, culturas opresivas o ambientes de trabajo enfermizos. ¡Todo lozanía vamos!
He visto un cartel por ahí que dice “7 beneficios de contratar a un adulto mayor”. ¿Imagino que un adulto mayor es una persona de más de 60 años? Los beneficios supuestos son: responsabilidad, liderazgo, mentoría, estabilidad, lealtad, experiencia, eficiencia. Pues no me parece consistente. Un empleado de 34 años puede aportar perfectamente lo mismo que uno de 60 en cada uno de estos aspectos. Pero los que se esfuerzan defendiendo la permanencia de la gente “mayor” en el mercado de trabajo ya no saben qué decir para combatir la discriminación por edad. Más valdría empezar a atacar duramente los prejuicios que intentar vender con buenas palabras la inserción. Esto lo sufren los hombres y ya no hablemos las mujeres. ¿Alguien ha visto muchas recepcionistas de hotel de 60 años? En España se piensa que eso dañaría la imagen del hotel. Bonita cultura humanista la nuestra.