4 empresas españolas ya aplican la semana laboral de 4 días con buenos resultados. La compañía jienense Software DELSOL fue la primera empresa en implantar la jornada laboral de 4 días en España y sin repercutir en el sueldo de los empleados. Un hito histórico protagonizado por esta empresa. Actualmente en España las empresas siguen mentalmente y por la fuerza de la costumbre ancladas en una semana laboral de 40 horas, sin embargo algunas se van atreviendo a innovar y exploran fórmulas distintas de organización del tiempo de trabajo semanal. Un caso claro de innovar que también es progresar. A pesar de la iniciativa parlamentaria del partido político Más Madrid es complicado que el país legisle con carácter general una nueva jornada laboral, como sí hicieron en Francia. Es más probable que sean las empresas voluntariamente las que tras estudiar sus necesidades productivas y organizativas quieran implantar un jornada laboral reducida, ya sea en días de trabajo o en número de horas al día. Es más fácil que el modelo se asiente de ese modo, como una mejorar que se va extendiendo porque hace más competitiva a la empresa para atraer talento.
Algunas ventajas de reducir las horas laborables semanales son: mejor calidad de vida, más tiempo y consumo de ocio, mejores opciones de conciliación y crecimiento del empleo debido a la contratación de más trabajadores para cubrir las horas que dejan de hacerse. Al mismo tiempo la reducción de la jornada es una motivación para concentrarnos más en lo que hacemos, reducir los tiempos perdidos e incrementar la eficiencia y la productividad. A las empresas les puede resultar también positivo el sistema porque reduce el absentismo y la siniestralidad. Por otro lado también mejora la productividad dado que el cerebro rinde más las primeras 6 horas de trabajo, desacelerando su rendimiento conforme vamos prolongando la jornada.
Dos desarrolladoras de software, una de Jaén (Software Delsol) y otra de Alicante (Zataca Systems) se han adelantado al resto y han iniciado el 2020 con la jornada de 4 días. Casi un año de experiencia les vale para comprobar la capacidad de la medida para retener el talento. La medida ha sido celebrada por la empresa y por los empleados.
La retribución es el principal motivo para trabajar, pero un buen salario o un incremento salarial son buenas noticias cuyo efecto motivador dura unos pocos meses, tras los cuales se ve como algo normal y pierde su efecto estimulante. Sin embargo una jornada laboral de 4 días es “salario emocional” más duradero, algo que los empleados valoran a largo plazo y que los fideliza a la empresa y los hace permanecer aunque reciban ofertas de trabajo de otros lugares. Este tipo de organización del trabajo no tiene porqué ser exclusivo de las empresas de software. Potencialmente es aplicable a todo tipo de actividad, pero es necesario analizar bien los recursos y las necesidades productivas. Con flexibilidad y una carta más amplia de horarios se pueden optimizar los resultados de producción, eliminando tiempos muertos y concentrando la plantilla en los picos de actividad. Así se pueden reducir las jornadas laborales sin que se resienta la producción, al contrario porque la mayor satisfacción de los empleados redunda en una mayor implicación y calidad del trabajo.
Sin embargo, al sr. Escrivá ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones no le parece que sea posible caminar hacia una jornada laboral de 32 horas debido a los bajos niveles de productividad y competitividad de la economía española. Le parece mala la idea. Así lo declara en una entrevista en El País. Contradictorio su argumento, pero como el ministro es ante todo político no hay forma de saber si lo piensa sinceramente o ha de oponerse porque lo han propuesto políticos rivales, Errejón y apoyado por otras voces de Podemos. Es extraño que se oponga por razones de productividad cuando muchos expertos consideran que acortar la jornada nos hace más eficientes al aumentar la concentración en la tarea. Una de las razones fundamentales que esgrime el ministro es que España es un país con un 80% de su economía en sector servicios y en trabajos físicos, donde es imposible acortar la jornada. La verdad es que nada impide a la hostelería y a las fábricas crear un cuarto turno y renegociar salarios para que sea económicamente viable. Al fin y al cabo rebajar o congelar salarios es una cosa a la que ya todos estamos acostumbrados desde hace más de una década. Cada vez que hay crisis sucede y sin acortar la jornada. Es una lástima que una voz con poder de influencia como la de un ministro se muestre tan poco imaginativa, tan acomodada y reacia al progreso. Por supuesto que estudiar otras fórmulas de organización del tiempo de trabajo es siempre posible en cualquier sector y tipo de trabajo. Acortar la jornada es una forma de mejorar salud, la calidad de vida, conciliación, la educación y el desarrollo de niños y adultos, pero sobre todo, de disminuir la cifra de parados. Hay dos problemas fundamentales para avanzar en esto. El primero es que toda persona que apoye la idea es sospechosa de querer trabajar menos. Es curioso que la etiqueta “economía de medios” reciba halagos mientras que la etiqueta “querer trabajar menos” sea un estigma. Catedráticos, analistas y figuras cercanas a las patronales deben decir que no es posible acortar la jornada, sus caballerosas eminencias deben ser el freno del bienestar, oponerse con gesto grave les presenta como gente responsable, no sea que les insinúen que son también unos vagos. El segundo problema tampoco es pequeño: aun cuando se pueda garantizar que el coste de la masa salarial siga siendo el mismo, contratar más gente no es deseable. Incrementar la plantilla significa más representantes de los trabajadores y más vigilancia y control desde la parte social. ¿Saben ustedes cuál es el número de trabajadores más frecuente en las empresas españolas? Si, 49. Es decir, el máximo de trabajadores que puede tener una empresa sin riesgo a que se constituya un Comité de Empresa (artículo 63 Estatuto de los Trabajadores). Y eso significa que muchas empresas no pueden/quieren permitirse contratar ni uno más. Adiós jornada de 4 días (de momento).