La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha hecho público este miércoles su informe semestral de perspectivas en el que señala a España como la nación europea más golpeada por el impacto del coronavirus.
Por otra parte, España registrará un aumento del desempleo en un 20,1 por ciento durante el 2020. La situación se agravaría el próximo año cuando la cifra aumente hasta un 21,9 por ciento. En un escenario más favorable, los números en 2021 pudieran mostrar una leve mejoría que reduciría la cifra hasta el 18,7 por ciento.
La OCDE sugiere que la recuperación tendrá que llegar por la vía del consumo y de la inversión. Sin embargo, existe una gran incertidumbre al respecto puesto que uno de los sectores más importantes del país, el turismo, continúa paralizado.
La economía española no puede seguir dependiendo del sol y playa y de las ganas de vicio y cachondeo porque cuando esto se corta o disminuye por cualquier motivo (pandemias, terrorismo, catástrofe medioambiental por un petrolero, otro destino emergente más barato, un Mundial de futbol en Europa…) nos arruinamos, además de que acabamos siendo un país de camareros y trabajo temporal. El turismo al ser estacional tiene mucho de economía de pelotazo: nadie quiere invertir mucho en algo de calidad si es para seis meses de facturación y luego hibernar, se quiere dar el golpe, ingresar el máximo con una estructura mínima, por lo que la inversión sigue la ley del mínimo esfuerzo y eso alcanza a los salarios y otras condiciones laborales, es decir, empleo basura y precario. La solución a la vulnerabilidad ante las crisis es un cambio de modelo productivo hacia la calidad y el conocimiento. Y eso no hay gobierno que lo remedie porque no tienen visión.
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Lei en un articulo que ante la recesión económica, los gobiernos europeos están aumentando el número de medidas de trabajo a corto plazo. Objetivo: evitar despidos en seco para permitir un reinicio rápido después del frenazo de la actividad actual.
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