El despido es la máxima sanción que se puede aplicar a un trabajador. Significa quitarle de las manos su ocupación, la actividad profesional por la que obtiene los ingresos que le permiten vivir, y en muchos casos mantener a la familia. Por tanto es un castigo severo, no solo por el perjuicio que causa en el momento sino por la mancha a veces difícil de ocultar que deja en el curriculum y que puede condicionar negativamente la obtención de un nuevo empleo. En muchas ocasiones un despido trunca una vida. ¿Significa esto que no debe despedirse a nadie? En absoluto. Hay numerosas conductas acreedoras de tal castigo. Sin embargo hay que estar seguro de que la conducta es efectivamente acreedora de ese castigo,… o si solo se está aprovechando una ocasión cogida por los pelos para despedir a alguien que no me gusta. ¿Todas las conductas reprobables son merecedoras de despido? No. ¿Ante una misma conducta infractora se toma la decisión de despido se trate de quien se trate? No. ¿Hubiesen tomado la misma decisión si en vez de Marta López se hubiese tratado de Jorge Javier Vázquez? Hmmmmm. Desde luego, todos los medios parecen coincidir en que la conducta irresponsable de Marta López en su vida privada ha puesto en peligro la salud de bastantes de sus compañeros de trabajo, llegando, aunque no hay unanimidad ni queda claro en todas las noticias, a contagiar el coronavirus a alguno de ellos. Con la que está cayendo resulta muy improbable que Marta López pueda defenderse con éxito ni que obtenga el apoyo de la opinión pública o de los tribunales. Pero la forma en que se ha producido la comunicación del despido a la audiencia parece indicar que se trata de un numerito más de esos programas basura. Comunicar públicamente por TV a millones de personas el despido de una trabajadora seguramente atente contra su honor y su intimidad y seguramente ella reclame por ello ante los tribunales, no por el despido en sí sino por haberlo hecho público en televisión. ¿Alguien se imagina a una empresa despidiendo a un comercial porque no vende y publicando en el periódico local su despido y la causa? Ese es un daño que la empresa no tiene derecho a hacerle pues es utilizar la finalidad ejemplarizante del castigo e impedir la resocialización del sancionado. Por otra parte y ya que nos ponemos, ¿alguien se imagina a alguna autoridad sancionando a un empresario por sus acciones en su vida privada que puedan suponer un perjuicio a la empresa y a sus 200 empleados? Porque las hay. Hay personas que merecen el despido por su mala conducta y la gran mayoría lo reciben. Sin embargo la proporción es la contraria cuando la infractora es la empresa: muchas merecen sanción y pocas la reciben. Y algunas deberían ser cerradas y su dueño inhabilitado como empresario durante un tiempo en función de la gravedad. Así como al empleado se le quita lo máximo que tiene, el empleo, al empresario reincidente se le debería quitar igualmente su capacidad de ejercicio.
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Mediaset despide a Marta López por su actitud irresponsable ante el Coronavirus
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Es una más del pan y circo al que estamos asistiendo. Lamentable.
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