Hay un aumento del porcentaje de la pensión por cada año que el trabajador siga en activo una vez cumplida la edad de retiro (en 2020 es de 65 años y 10 meses). Este incremento está entre el 2% y el 4% anual por cada año de más trabajado. Esto es poco en comparación con el máximo del 12% anual en Portugal, el 10,4% en el Reino Unido, un 6% más cada año de Alemania y el 5% de Francia. Ahora bien, hay un límite, porque aun con la aplicación de estos porcentajes de más por cada año que se siga en activo, el importe de la pensión concedida no podrá superar en ningún caso la cuantía máxima anual que establezca la ley de Presupuestos para cada ejercicio. En 2020 2.683 € mensuales por 14 pagas. Por lo que las rentas altas con sus bases ya topadas carecen de motivación. El otro incentivo para demorar la edad de jubilación es la jubilación activa, que permite compatibilizar el cobro del 50% del importe de la jubilación con cualquier trabajo por cuenta propia o ajena. Pero para acceder a esta modalidad también se debe haber cumplido la edad ordinaria de jubilación que corresponda a cada año y además se tiene que haber cotizado lo suficiente como para recibir el 100% de la base reguladora. En todo caso no hacen falta incentivos para retrasar la edad de jubilación, ya se encarga el Gobierno de retrasarla cada año por el “artículo 33” para que la gente tenga que currar cada vez más si quiere la pensión.
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Los incentivos para retrasar la jubilación
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