Cuando hay cambios en la forma de trabajo o en las condiciones laborales se nos genera preocupación o frustración o rabia. No todos podemos reaccionar igual y creo que experimentar resistencia al cambio u opinar de forma distinta no es malo sino natural. El problema es que las empresas en esos momentos de cambio no gestionan las emociones de la plantilla de la forma adecuada. Se limitan a señalar a quienes se sienten mal con el cambio y convertirlos en conflicto. Los departamentos de rrhh deben ser capaces de comprender nuestras reacciones emocionales, no evitarlas ni buscar trucos o atajos, o ponerles tapones, sino conocerlas y gestionarlas. Aquí resulta fundamental la información: es fundamental que nos llegue la información completa de forma clara y transparente dado que los empleados tenemos un poder evidente en la construcción de la organización, en los resultados y en el éxito del cambio que desea la empresa. Es necesario humanizar las relaciones laborales y darle protagonismo al factor humano tanto como al financiero.
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La empresa no funciona si la plantilla está enfadada
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Sería interesante saber qué porcentaje de temario impartido en las aulas de la carrera de Relaciones Laborales se dan desde el enfoque que propones… como todo, el cambio empieza en las aulas y luego en la práctica.
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eso no se estudia en ningún lado, sencillamente porque no es prioritario. para llevar los centros de trabajo como dice el de arriba las empresas a partir de cierto tamaña debería tener responsables de comunicación interna, coaches internos y hasta algún filósofo. uy si, las empresas están deseando pagar esas nóminas. teniendo que competir en un mercado globalizado donde te llega el producto extranjero fabricado por mano de obra machacada sin derecho a agua, currando por 30 euros al mes,… están las pymes como para tener en cuenta la frustración ante el cambio de sus empleados. mal no estaría desde luego, pero creo que ese es un problema con el que las empresas pueden vivir.
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