Nueva constatación de la pésima calidad de las condiciones laborales que sufren las kellys:
- Prolongación de las jornadas por falta de tiempo para terminar el trabajo. Tienen las mismas habitaciones que antes pero ahora con un protocolo de limpieza más exigente para higienizarlo todo.
- A causa de la prisa, inconscientemente acaban descuidando su propia protección poniéndose en riesgo de contagio.
- Recursos insuficientes y de mala calidad. Ante la necesidad de comprar muchos más materiales y productos para higienizar se ha rebajado la calidad de los mismos, siendo los que les obligan a usar tóxicos o incómodos o ineficaces.
Las peticiones de este colectivo no son por capricho, en especial la deseada reforma para que sean consideradas parte de la plantilla de los lugares en los que efectivamente trabajan y por tanto responsabilidad directa de la empresa principal.