La cultura de la prisa, del primer impacto, de la superficialidad, la influencia del marketing, del producto envasado, del teaser y algunas cosas más son las culpables de esa pregunta en las entrevistas de selección: “cuéntame en menos de 1 minuto por qué eres el candidato para este puesto”. Un seleccionador experimentado rara vez hace esta pregunta. La podría hacer para comprobar la agilidad o la capacidad de improvisación de un candidato. Mas tampoco porque no sabrá si quien hizo un buen discurso la había ensayado antes o no. Por tanto no querrá arriesgarse a poner nervioso a quien podría ser un excelente candidato y arruinar la oportunidad. Los primeros y los últimos compases de la entrevista suelen ser clave en la decisión. Esta pregunta suele introducirse en uno de esos dos momentos, así es que puede influir de modo determinante. Muchos creen que el trabajo de un buen seleccionador es apretar las tuercas a los entrevistados, llevarlos a situaciones límite para ver cómo reaccionan, ponérselo difícil, pero de ese modo solo podrán conocer, si acaso, el comportamiento de esas personas en tal estado, es decir, lo que ocurre una vez al año, y pensarán erróneamente que pueden deducir a partir de ahí cómo será esa persona en el día a día. Esa es la pregunta que haría un directivo que no sabe hacer selección. También la pueden utilizar seleccionadores jóvenes deslumbrados por la originalidad, o puede usarse en procesos en los que haya que entrevistar a muchos y esta sea una forma rápida de filtrar. De todo punto la pregunta es absurda. Si el candidato la ha preparado no sirve de mucho, al contrario, habrá sido ingenioso construyendo su respuesta poniendo luz sobre lo mejor de su trayectoria y dejando en la sombra lo que no interese comentar, habrá hecho lo que se le enseña en las sesiones de técnicas de búsqueda de empleo, venderse, y el acto de venta suele contener exageraciones y creaciones más grandes o más pequeñas a favor del vendedor, con que puedes acabar contratando a quien mejor marketing personal tenga, pero no necesariamente al mejor para el puesto. Lo mismo ocurre si el candidato no la ha ensayado. En este caso la mayoría de candidatos no tendrán una gran actuación, y entre ellos puedes dejar pasar a una joya. Un buen seleccionador sabe que la interpretación de los resultados de estos experimentos artificiales está cargada de sesgos. Hay indicios y sutilezas que ejercen una potente influencia aunque no podamos comprobar su fundamento. Los fans de esa pregunta deben recordar que en la entrevista los candidatos también se forman una idea del entrevistador y de la empresa a través del entrevistador. Por su parte, los candidatos y candidatas más experimentados, con buen currículo, no aprecian mucho esas técnicas de selección now or never, juegan porque la situación lo requiere pero les resultan frívolas, un acto de presión estúpido que distrae de lo esencial. Si alguna vez haces esta pregunta a un candidato de estos no te quepa duda de que luego de responder se queda con las ganas de decirte: ahora dime tú en 1 minuto por qué esta es la mejor empresa para mi.
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Dímelo en 1 minuto
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