mientras en España seguimos reunidos, Alemania ya ha tomado la decisión de prorrogar hasta diciembre del 2021 la opción de las empresas de acogerse a la jornada reducida subvencionada para que la gente no pierda sus empleos mientras se reactiva la economía. Esto es, el Estado asume entre el 60% y el 80% del salario que deje de percibir el empleado como consecuencia de una eventual reducción de jornada a causa de la pandemia. Lo llaman Kurzarbeit y con este sistema el desempleo va disminuyendo paulatinamente evitando un drama mayor, siendo especialmente benefactor para el sector de hostelería. Así se crea seguridad y estabilidad para todos, empresas y hogares. Estas son las ventajas de tener un gobierno de coalición fuerte como el de Alemania. En España Sánchez tiene que consultar la cosa con una docena de siglas entre partidos nacionales, territoriales, independentistas, sindicatos, etc, cada uno de los cuales en el transcurso de la negociación querrá sacar tajada a cambio de apoyar al Gobierno, incluyendo cosas que ni sospechamos que se pueden sacar en este momento porque nada tienen que ver, o pidiendo más beneficios a cambio, promesas de inversiones en mi tierra o directamente pasta, es decir sobrepasando con creces lo que es negociación y entrando en el chantaje de corbata. Y al final escuchar y depender de ese rosario de siglas políticas que representan a minorías se convierte en una traición a la mayoría. Los alemanes lo tienen claro: “en estos momentos se trata de estabilizar la economía”, dijo su ministro de Finanzas de Alemania, “debido a que actuamos con rapidez y de manera integral, Alemania ha superado la crisis mucho mejor que otros países”,… “este es el instrumento más importante que tenemos para combatir la crisis del coronavirus, lo más caro para el estado sería un desempleo generalizado y la pérdida masiva de empresas”