El sector de la restauración está siendo uno de los más perjudicados por la pandemia y las medidas restrictivas para prevenir el contagio. En este contexto de bares y restaurantes cerrados y con la gente prefiriendo que le lleven la comida a casa, las empresas de reparto están viviendo un auge espectacular de su negocio, aun a pesar de la sentencia del Supremo que ha declarado que los repartidores no son autónomos sino asalariados. Repartir a domicilio la comida que preparan es la única forma que tienen los restaurantes de seguir vivos. Las plataformas de reparto lo saben y les cobran comisiones de entre el 25% y el 40% por cada pedido.
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A río revuelto ganancia de repartidor
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